viernes, 5 de noviembre de 2010

Sueño...mucho sueño

Hemos pasado por muchas etapas con el sueño de Sofía. Al principio, los primeros días se despertaba sólo para mamar.  Al cabo de una semana comenzó a llorar sobre todo por las noches, hasta las dos o tres de la madrugada. A los dos meses aproximadamente hacía sueños más largos de noche y dormía mucho menos de día. De los 4 a los 7 meses fue muy duro, había noches que se despertaba cada hora y además coincidió con mi incorporación al trabajo: un desastre. Después hacia los nueve meses vivimos un periodo de ensueño, nunca mejor dicho, dormía muchas horas seguidas y hasta bastante tarde... Alrededor del año volvió a dormir a ratitos por la noche, algunas noches del verano fueron desesperantes. Y ahora con casi un año y medio duerme casi del tirón desde hace un mes aproximadamente. ¿Sabeis lo único que me ha enseñado mi hija del sueño de los bebés? Pues que todas las fases pasan, que cualquier avance o vuelta atrás es temporal y que lo mejor que hay que hacer es tener muchísima paciencia y amor.
Vuelvo a las andadas, un saludo a todos.

domingo, 14 de marzo de 2010

¿Somos responsables de la personalidad de nuestros hijos?


Es increíble cómo de repente los bebés comienzan a aprender cosas y a hacerlas cuando se lo pides. En cuestión de unas dos o tres semanas, Sofía ha aprendido a decir adiós con las manitas, a hacer palmitas, a tirar besos (aunque esto último ya lo hacía antes cuando le parecía)... Cada vez que aprende algo nuevo lo hace muchas veces hasta que se cansa, la pobre es demasiado buena porque casi siempre que le solicitamos una repetición más ella obedece pacientemente. 

Es una niña muy alegre y sociable y no puedo evitar preguntarme hasta qué punto seremos responsables de su futura personalidad que ya se vislumbra en algunos rasgos en Sofía. Tanto el padre como yo somos personas alegres, optimistas y muy sociables ( podría también enumerar defectos pero es que soy demasiado optimista para ello) y no me puedo imaginar que nuestra hija llegara a ser introvertida, seria y reservada. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Somos responsables al 100% de la personalidad de nuestros hijos, o creéis que no influimos para nada en lo que serán de mayores? Yo empiezo opinando, y cómo ya he dicho otras veces me voy por la calle del medio, opino que aunque se esté genéticamente predispuesto a algo, las vivencias influyen muchísimo y tienen la última palabra en lo que uno acaba siendo de mayor. Se abre el debate.

domingo, 31 de enero de 2010

Respuesta sorprendente

Hace un tiempo, cada vez más tiempo ya que me ocurrió cuando era residente y ya ha llovido un poco desde entonces, sobre todo este año... jajaja, bueno, sigo, que me voy por las ramas,  como decía, hace algún tiempo, reconocí a una pequeña que venía por vómitos a urgencias. Intentando hacer una anamnesis correcta, hice varias preguntas. Me dirigía tanto a sus padres como a ella, ya que la niña debía tener unos seis añitos. Una de mis preguntas fue: ¿y cómo haces la caca? ¿es blanda o dura?. Fue un intento de acercarme a la pequeña, con un lenguaje un poco infantil para que me entendiera y así ganarme un poco su confianza antes de explorarla. Pero fue ella la que me ganó con su respuesta. Me soltó, con una  lógica impresionante para su edad: "no lo sé, no la he tocado". Y allí estaba yo, ridiculizada por una niña de seis años. Llevaba toda la razón del mundo: "pero ¡qúe tonta la pediatra!, se cree que voy tocando la caca que hago" (esto no lo dijo ella, es lo que yo creí que ella estaría pensando). Y por mucho que lo pienso, es que la niña llevaba razón, ¿cómo se me ocurrió preguntarle aquello?. Me encantan los niños, siempre me sorprenden para bien. Espero no haberos aburrido con esta batallita de mis tiempos de resi. Besos.

jueves, 28 de enero de 2010

¡Me luele el coco!

Esta es la frase con la que Eva, de 18 meses, derpertó a su madre a las 2 de la madrugada. Evidentemente iba acompañada de llanto y,  por tanto, preocupó muchísimo a su mamá. Tanto, que ella y el papá tardaron 15 minutos en estar en urgencias de mi hospital. Y allí estaba yo, con  unos padres muy preocupados y una pequeña que no tenía fiebre, ni ninguna otra sintomatología (sólo un poquito de moco como la mayoría de los niños en esta época). Tras una  exploración física rigurosamente normal, empecé a preguntarme si realmente Eva sabía lo que era el coco. La mamá entendió que era la cabeza, pero la niña no se señalaba nada y era tan pequeña que era posible que no la estuviéramos entendiendo.
Esto es bastante frecuente en la consulta de pediatría. A veces me gusta comparar nuestra labor con la de los veterianarios, salvando las distancias claro, ya que nuestros pacientes con frecuencia no hablan y hay que intuir lo que les pasa.
Por suerte, Eva no tenía nada importante, tras explicarles que su hija no tenía ningún signo de enfermedad en esos momentos los papás se la llevaron a casa mucho más tranquilos, o al menos eso creí yo.

sábado, 23 de enero de 2010

EMPEZAR A TRABAJAR

Hace unos días que me reincorporé a trabajar tras la baja maternal. Al principio tenía hasta ansiedad al pensar que Sofía me iba a echar de menos, que iba a llorar mucho, que no iba a tener su tetita... Poco a poco me fui relajando al darme cuenta de que ella estaba bien con el papá y con la abuela y que aunque le da mucha alegría verme cuando vuelvo, y seguro que algo me echa de menos, ella sigue tan feliz como siempre. La que no esta tan feliz soy yo que me acuerdo a todas horas de ella. Me da tanta pena perderme un sólo minuto de su vida. El otro día al volver me dijo la abuela que ya dice "te-ta" ( a su manera claro) y y me lo había perdido. Bueno, creo que lo podré soportar. A cambio estoy de nuevo integrada en mi trabajo, vuelvo a sentirme muy útil en lo que hago fuera de casa y he dejado de estar obsesionada con las tareas domésticas.
Esta etapa de mi vida ha sido la más emocionante de todas y en la que me he sentido más yo, más llena de vida y más llena de amor para dar. Sólo espero que pueda repetirlo al menos otra vez y que sea igual de maravilloso.

martes, 5 de enero de 2010

Carta a los Reyes

Sofía aún es muy pequeña para escribir su carta a los Reyes Magos pero supongo que si lo hiciera pediría algo así:
"Queridos Reyes Magos, este mi primer año como soy muy pequeñita no voy a pedir juguetes porque todavía no se jugar con la mayoría de ellos.  Así que voy a pedir por los demás, para mi papá voy a pedir una reducción de jornada para que pueda estar más tiempo conmigo y cuidarme por las mañanas ahora que mami no va a estar (bua!!!!), para mi mamá una foto  en la que yo esté dándole un beso enorme para que no me eche de menos mientras está trabajando, para mis seis abuelos (dos bisabuelas, dos abuelos y dos abuelas) mucha salud para que me duren muchísimo tiempo y a mis titas y titos tiempo libre para compartir y jugar conmigo.¡Ah! sí que voy a pedir algo para mí, aunque no es precisamente un juguete...¡un diente!, es que todo el mundo cuando me mira pregunta por mis dientes. Aunque no sé muy bien para qué sirven: ¡me pido uno!. Gracias queridos Reyes"
Muy bien Sofía, tus deseos serán cumplidos, al menos tu diente ya asoma en tu preciosa boquita. Y además, como dicen todos los libros científicos, sin fiebre y sin ponerte malita. Espero que se cumplan todos los demás, pero ya sabes, no está en mis manos porque los reyes no son los padres.

sábado, 2 de enero de 2010

Estamos en pañales

Ayer mientras veía un programa de televisión de estos en los que te cuentan las vidas de españoles que viven en el extranjero me enteré de que en Dinamarca los padres reciben un dinero del estado si deciden no llevar a la guardería a un hijo menor de tres años. Eso permite que algunos padres dejen de trabajar durante un tiempo para cuidar a sus hijos, ojo, y el estado le premia por ello.
Aquí en España las cosas han mejorado mucho con respecto a lo que ocurría cuando nosotros éramos los bebés. Mi madre cuenta que ella sólo tuvo dos meses y medio de baja maternal, y se consideraba afortunada. Yo, con mucha suerte y estirando los días como chicle, he disfrutado de 6 meses y medio para dedicarme a mi hija de forma exclusiva, incluyendo por supuesto mi mes de vacaciones y las horas de lactancia materna. Sin embargo, soy consciente de que la mayoría de las mamás tienen apenas cuatro meses, cuando la recomendación de la OMS es dar el peccho de forma exclusiva hasta el sexto mes. ¿Cómo pretenden que las mamás amamanten de forma exclusiva y a demanda mientras desarrollan su jornada laboral?
De todas formas, como soy optimista por naturaleza, creo que poco a poco la sociedad se irá concienciando y exigirá aumentar el tiempo de baja maternal y facilitar la crianza de los bebés por sus padres. No olvidemos que a partir de 2011 (ya queda menos)  se disfrutarán  de cuatro semanas de permiso de paternidad. Vamos mejorando pero de acuerdo con el título de esta entrada, con respecto a muchos de nuestros vecinos, estamos en pañales.